Cuando algo se nos desencadena, com, según nuestra óptica, tendría que haber sido, es muy común empezar las reflexiones con un «si hubiera…». Nada peor que pensar de esta manera, porque nos paraliza y nos deja anclados en un pasado que no se puede cambiar. Algunos pensamientos pueden ayudarnos a vivir el presente, sin esperar más que vivir la vida con todo lo que nos ofrece.
¿Quién no se lamentó por esa amistad que fue desvanecida de forma tan imperceptible que jamás tuvimos el «preaviso» de punto final? ¿A cuántos de nosotros nos hubiera gustado decirle a esa persona lo que significa en nuestras vidas? Seguramente, podemos pasarnos horas rememorando situaciones en las que «teníamos» que actuar de una forma y lo hicimos de otra. ¿Teníamos? Este es, precisamente el punto. En realidad todo es según el cristal con que se mire. El psicólogo Wayne Dyer, brinda algunos consejos para no caer en la trampa del «debe ser así».
–Eliminar la visión «blanco y negro»: Para ganar tranquilidad y dejar de lado las mortificaciones por tonterías, es preciso empezar a tomar cada cosa que hacemos, como una elección para hacer frente a diferentes opciones. Así, el fantasma de «lo bueno y lo malo » se esfumará por completo.
-Nadie es culpable: La infidelidad o la alegría que podemos sentir, son estados a los que llamamos por nuestros propios medios. Por esta razón, nunca debemos dejar en manos de otros lo que nos pasa.
– Adiós a las normas rígidas y preestablecidas: Cuando desterramos la «tradición» todo se vuele un desafío. La espontaneidad tiñe cada uno de nuestros actos de color. Por eso, hay que entender que, aunque algo no haya salido como esperábamos, fue exactamente como tenía que ser.