Cuando uno se refuerza en pensamientos de rechazo, es uno mismo el que se crea las dificultades. Tienes que atreverte a ser tu mismo cuando estas rodeado de ciertas personas que pueden intimidarte o llegarte a causar un poco de miedo, el típico caso de un familiar político como nuestra suegra o suegro así como alguna amistad muy cercana a nuestra pareja. Si bien no siempre podemos cambiar a los demás, si podemos modificar aspectos de nuestra propia conducta y con ello inducir a los que nos rodean a cambiar. Toma nota de estos consejos:
Date tiempo: Si tu manera de proceder no te está funcionando deja que las cosas vayan fluyendo. Haces las cosas como puedes y sabes, simplemente.
Busca el tú a tú: Las relaciones mejoran cuando nos acercamos con sinceridad al otro. Busca espacios más íntimos donde se puedan dar las confidencias, cuéntale pregúntale, bromea, apoya sus iniciativas, pídele alguna sugerencia…
Pide ayuda a alguien cercano: Por ejemplo, puedes recurrir a tu pareja y comentarle tus dificultades abordar ese acercamiento con una persona de su trabajo o familia, y pedirle te ayude a solucionarlo.
Haz un sencillo ejercicio: Durante unos 10 minutos un par de veces a la semana, colócate ante un espejo como si estuvieras hablando con esa persona que te intimida. Verbaliza una conversación, algún tema que se hable en familia o de actualidad, mira los gestos de tu cara repite una y otra vez esas frases que le vas a decir próximo día que la veas.