Tipo siete: El entusiasta
El tipo productivo y ajetreado. Es una persona versátil, optimista y espontánea; juguetona, animosa y práctica, también podría abarcar demasiado, ser desorganizada e indisciplinada. Constantemente te vusca experiencias nuevas y estimulantes, pero la actividad continuada la aturde y la agota.
Lo peor: Puede tner problemas de superficialidad y impulsividad.
Lo mejor: En su mejor aspecto, la persona Siete centra sus dotes en objetivos dignos, es alegre, muy capacitada y muy agradecida.
Mensaje inconsciente recibido en la infancia: «No está bien depender de nadie para nada».
Mensaje perdido en la infancia: «Estarás cuidado y atendido».
Miedo básico: A ser desvalido o a quedar atrapado en el dolor.
Deseo básico y su distorsión: Deseo de ser feliz. Degenera en escapismo frenético.
Su pecado capital: La gula.Y, por extensión, el insaciable deseo de llenarse de experiencias. Intenta superar la sensación de vacío interior realizando numerosos proyectos y actividades positivas y estimulantes, pero nunca parece tener suficiente.
Tipo Ocho: El desafiador
El tipo poderoso y dominante, seguro de sí mismo, fuerte y capaz de imponerse. Protector, ingenioso y decidido, también puede resultar orgulloso y dominante. Piensa que debe estar al mando de su entorno y suele volverse retador e intimidador.
Lo peor: Puede tener problemas para intimar con los demás.
Lo mejor: El Ocho se controla, usa su fuerza para mejorar la vida de otros, volviéndose heroico, magnánimo y, a veces, históricamente grandioso.
Mensaje inconsciente recibido en la infancia: «No está bien ser vulnerable ni confiar en nadie».
Mensaje perdido en la infancia: «No serás traicionado».
Miedo básico: A ser dañado o controlado por otros.
Deseo básico y su distorsión: Deseo de protegerse. Degenera en lucha constante.
Su pecado capital: La lujuria. Más que deseo sexual, es una necesidad constante de vehemencia, dominio y expansión. Intenta acometerlo todo en la vida para imponerse con voluntariedad.