El temor al fracaso en los varones (I)

Errar (fallar) es humano. Aunque para muchos el dicho popular no tiene cabida en el aspecto sexual, basta con que tengan una sola erección deficiente para que sientan que han fracasado como varones. Son parte de la cultura machista que hace que se dramatice al máximo un contratiempo masculino y que el temor al fracaso pese como una espada de damocles.

¿EL MIEDO A QUE EL FRACASO OCURRA i TAMBIÉN PODRÍA VERSE COMO LA ANTICIPACIÓN DEL MISMO?

Así es. El varón teme no obtener una buena ereción y es esa misma ansiedad (quizá basada en que alguna vez le ocurrió) la que dificulta aún más el éxito del intento; su estado de nerviosismo puede desembocar en una impotencia o en una eyacularían rápida. Un encuentro donde no se logre la erección o tenga un descontrol orgásmico puede ser totalmente circunstancial, pero en algunos individuos genera el pánico a que sea definitivo y permanente y eso perpetúa el síntoma.

¿CUÁLES PUEDEN SER LAS CAUSAS?

Esto puede producirse porque los múltiples factores que intervienen pueden verse afectados durante el encuentro sexual. En los casos de temores exacerbados, las causas están relacionadas con el aspecto psíquico. Por ejemplo: debut sexual, una nueva compañera, hacerlo en un auto o en una habitación en la que se teme que alguien pueda entrar, exigencias de la pareja, problemas con el preservativo, miedo al embarazo o al SIDA. Todo esto da lugar a lo que llamaríamos una profecía auto-cumplidora: «tengo miedo de que me pase, luego: seguro que me va a pasar y, finalmente, ¡yo sabía que me iba a pasar¡» En la experiencia clínica se ve que son los varones inseguros, altamente competitivos, obsesivos, exigentes y perfeccionistas, quienes toleran menos un fracaso sexual transitorio, transformándolo en algo más grave y cronificado. Si no se los tranquiliza, van al encuentro de una mujer con la pregunta permanente: «¿esta vez b lograré o volveré a fracasar?», y así configura, justamente, un nuevo fracaso.

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