El cine porno también está en crisis, quien lo diría con la cantidad de tetas que se ven por internet, diréis algunos. Pues mal dicho, porque los profesionales del sector lo están pasando mal. Esta semana dos de los grandes magnates de la industria han solicitado al congreso de EE.UU una partida de 5.000 millones de dólares, para aliviar las pérdidas económicas que han sufrido en el último año. Un ejemplo, la venta de DVDS ha descendido en un 22% en 2008, incapaz de plantar cara a la oferta digital, de más fácil acceso y totalmente anónima.
Los dos protagonistas eran de un lado Larry Flint, gurú del metesaca, fundador de la revista Hustler y más recientemente, descubridor de la doble porno de Sarah Pallin. Reconocido por Hollywood y últimamente por los tribunales, que le piden cuentas acerca de la (in) moralidad de alguna de sus obras. De otro, Joe Francis, todo un prenda. Jóven, 35 años, universitario, fundador de la productora Mantra Films y creador de la saga Girls Gone Wild, una de las más rentables de la industria. Hizo fortuna con videos amater realizados en el carnaval de Mardi Grass o en fiestas como el Spring Break, donde centenares de universitarias dan rienda suelta a sus más íntimas pasiones. Francis, ha sido acusado de casi todo. Secuestro, corrupción de menores o evasión de impuestos, le han llevado varias veces al calabozo, aunque nunca con una condena en firme. Supuesto, por lo tanto.
La táctica de Flint; con esto de la crisis, nadie piensa en sexo. La táctica de Francis; con esto de la crisis la gente se hace más pajas que nunca, para despejar la mente y esa ayuda moral merece una retribución. La previsible respuesta del Congreso; ¿estáis de guasa?
Una idea. Apadrina una actriz porno. Seguro que más de uno pagaba (mos).
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