Hace unos años, la palabra estrés era relacionada únicamente con el ámbito laboral. Actualmente, los cambios sociales han provocado que esa vorágine constante se traslade al hogar. Las consecuencias de este modo de vida repercuten en la aparición de enfermedades, divorcios e hijos con adicciones y bajo rendimiento escolar, entre otros. ¡Actúa cuanto antes! Recuerda:
Mantener una buena alimentación. Una dieta rica y sana contribuye a conservar a los miembros de la familia fuertes ante enfermedades y situaciones cansadoras.
Recuperar espacios familiares. Ustedes son lo más importante que tienen. No dejen de cultivar el vínculo y la unión, ya que no hay nada más fuerte que los lazos familiares.
Practicar deportes. La actividad física es la principal recomendación de todos los profesionales para aminorar las consecuencias del estrés y para mantener cuerpo y mente en equilibrio. Alejar las tensiones no es fácil porque no podemos modificar cada cosa que nos sucede pero aprender cuáles son las prioridades reales es una buena manera de darle a los problemas, el lugar que realmente ocupan.