Disfunciones sexuales en las parejas ocasionales (I)

La función sexual es un mecanismo delicado que involucra al cuerpo, psiquis y aspectos espirituales. Por eso, ante desconocidos, puede fallar.

Sentirse atraída por una persona al verla por primera vez, no es garantía de que la sexualidad será tan buena como una imagina. He aquí el testimonio de una mujer:

«Lo conocí en una fiesta. De entrada me di cuenta de que me clavó los ojos y no dejaba de mirarme. Ai rato se acercó y comenzamos, a chañar. Tengo que reconocer que era un hom¬bre con mucha presencia, conversación divertida y parecía estar en muy buen estado físico. Se mostró interesado y cuando la fiesta terminaba, ofreció acompañarme a mi casa. No siempre hay oportunidad de conocer hombres con estas características, así que cuando insinuó que no quería que nos despidiéramos con un «buenas noches», acepté llena de expectativa. Pero, las cosas resultaron un desastre. Parecíamos de dos planetas diferentes. Al final, muertos de vergüenza y decepción, nos despedimos como lo que éramos, dos desconocidos.

¿QUÉ PASÓ, ES MI CULPA O LA DE ÉL?».

La historia de las pasiones desatadas en una fiesta o en un encuentro que terminan como parejas estables exitosas en todo aspecto, pertenecen al cine o, cuando menos son excepcionales.

La sexualidad para ser plena, necesita de una serie de condiciones psicobiológicas; muchas veces éstas, a su vez requieren un tiempo para instalarse en cada persona. Muchos encuentros ocasionales terminan en decepción para las dos partes, otras veces, una de ellas termina consiguiendo lo que buscaba pero la otra queda desilusionada y frustrada.

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