Conviértete en el centro de atención

Kevin Cordi fue el primero en apreciar el valioso poder de contar historias mientras trabajaba como vendedor en su adolescencia. Hoy, Cordi es profesor de una escuela en la que se dicta una materia donde se explica el arte de contar un relato y capturar al público. Según el docente, atar cabos es una gran actividad terapéutica ya que «ayuda a las personas a pensar y enfrentar situaciones difíciles». Las historias entretienen, educan e inculcan valores, y aprender a ser un relator puede sernos de mucha ayuda para establecer amistades y aprender a comunicar un mensaje. ¿Cómo lograrlo?

Conoce a tu público. No importa cuántas historias sepas, lo importante es seleccionar el ámbito y gente adecuada para contar cada una.

Sé tu mismo. Cada historia tiene algo de ti.

Arriésgate. Encuentra tu estilo, anímate a jugar mientras contás el relato.

Respira. Trabaja en tus respiraciones, postura y gestos. Si te mueves y hablas rápido se notará que estás nervioso.

No practiques solo. La mejor forma de perfeccionarse es mediante prueba y error.

Desinhiben y nos ayudan a comunicarnos desde otro lugar. Tu también puedes convertirte en un gran contador de historias, esos simpáticos personajes que son centro de atención de reuniones familiares.

Scroll al inicio