¿Te resistes a asumir la realidad?

La vida implica dolor, pero no necesariamente sufrimiento. Detrás del sufrimiento siempre hay una resistencia a la realidad. No nos hace sufrir el dolor, sino el pensamiento de que «esto no debería ser como es» o de que «lo que está ocurriendo no debería ocurrir». Todos tenemos preferencias: preferimos ciertas situaciones, experiencias y personas frente a otras, y nos inclinamos hacia lo que preferimos.

Ahora bien, el sufrimiento psicológico no se origina en nuestras naturales preferencias e inclinaciones; aparece cuando estas preferencias se convierten en exigencias, es decir, cuando nos negamos a aceptar e integrar ciertas dimensiones inevitables de nuestra experiencia porque no se ajustan a nuestra idea de cómo deberían ser las cosas.

Todos preferimos estar sanos a estar enfermos, pero si enfermamos podemos aceptar nuestra situación y no revelarnos frente a ella. Preferimos la alegría al dolor, pero esto es compatible con que, si sentimos dolor, no lo neguemos y rechacemos pensando que «no deberíamos estar sintiendo esto» o que «las cosas deberían ser de otra manera», sino que lo asumamos como parte de nuestra experiencia presente, como parte de lo que es.

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