¿Por qué no podemos salir muchas veces del círculo de pensamientos negativos? Porque el pensamiento gana espacio en la conciencia y desplaza todo lo demás. Para la doctora Graciela Moreschi, algunos «rumiantes» (personas que están repetidamente pensando en un mismo problema), atrapados en sus pensamientos o preocupaciones, dejan de ocuparse, y dejan de hacer. Por eso, la especialista sostiene que para poder lograr un corte real hace falta poner en práctica algunos ejercicios:
– Conectarse con uno mismo, y luego poder mirar desde afuera esos pensamientos, reconocer su disfuncionalidad.
– Trabajar los pensamientos disfuncionales y hacerlos funcionales. Esto no significa negar lo que me molesta ni decir estúpidamente que todo está bien. Pero sí, aquí uno puede reconocer cuando toma la parte por el todo, y ver que no es que todos estén enojados, sino que X o Y es quien está enojado.
– No es lo mismo decir «todo sale mal» que «me molestaría si saliera mal, pero trataría de ver en qué me equivoque».
– Evitar juntarse con amigos/gas y seguir dándole vueltas a estos temas que nos afectan. Salvo que nos junetmos con aquellos que son capaces de tener otra mirada, o de cortar el lamento.