Superación: Ponle luz a tus sombras (II)

Un viaje al inconsciente

Alcanzamos la adultez con una serie de sentimientos reprimidos que no sabemos que existen o no nos animamos a descubrir. Algunos prefieren ni siquiera oír hablar de la sombra, porque temen a la oscuridad. Pero, justamente, si logramos entender que esa oscuridad no es más que la falta de luz, descubriremos que es posible iluminar nuestra alma e integrar la sombra a nuestra psiquis de forma positiva. No se trata ya de vencer nuestra sombra psicológica, sino de adentrarse en ella y lograr iluminarla, siendo conscientes de que no todo lo que encontremos nos va a gustar.

Nuestros peores sentimientos conforman este espacio inc modo que debemos exploran Por más difícil que nos resu1 a simple vista, hay varias maneras de empezar. Lo más fá de hacer es localizar cualquier tipo de reacción exagerada nuestra conducta, ya sea algo que hacemos, que décimo; que Sfntimos, y que, si lo pensamos luego de un rato, nos damos cuenta de que la situación en sí misma no ameritaba nuestro accionar. Un simple comentario desatado ante una actitud de otro puede ser la punta del iceberg: «¡No puedo creer que haga eso!».

Del mismo modo, la sombra se asoma en acciones impulsi que se nos van de las manos: «Perdón; no sé qué me pasó. «¡Yo no soy así!». Algunas veces, la forma más simple de reci cer nuestra sombra es ante enojos desproporcionados y frases que nos dejan fuera de lugar, como: «¡Qué ganas de matarla!» o «No lo soporto más».

Lo más importante en este proceso de conocimiento pi nal es permanecer atentos y bien predispuestos a inves qué es lo que más nos irrita de los demás, que prob mente sean atributos que no nos animamos a analiz nosotros mismos.

Conciliar los opuestos

El encuentro saludable con nuestra sombra suele darse durante la madurez, cuando nos damos cuenta de que la represión nos limita como personas. Aceptar las sombras es aceptarnos con amor. Aunque amarse a uno mismo no siempre es tarea simple, aceptar nuestros costados más oscuros es c ayuda. «La basura también es fertilizante», dice el refrán.

Identificar los propios defectos y aceptarlos como parte sotros mismos nos llevará a una transformación mucho más valiosa y profunda. Si queremos mejorar y crecer com humanos, es preciso que logremos conciliar nuestros opuestos. Para eso debemos trascenderlos, llevar el problema a un nivel donde el miedo y la vergüenza den lugar a la aceptación sincera. Sólo seremos conscientes de la fuerza de nuestra luz cuando seamos libres para abrazar, sin miedos, el costado oscuro de nuestra personalidad.

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