Se trata de un dispositivo vaporizador que no tiene ninguno de los derivados del tabaco, no produce combustión ni emite sustancias tóxicas.
La última novedad del mercado es un dispositivo electrónico de alta tecnología que permite satisfacer la necesidad de fumar -cualquiera sea el lugar-sin los efectos nocivos de los cigarrillos tradicionales. Para ello cuenta con una batería recargable, un atomizador y un cartucho que contiene líquidos con diferentes sabores como tabaco, frutilla, vainilla y menta.
La experiencia es similar a la de fumar, pero en realidad no se fuma. Lo que se hace con este dispositivo es «vapear», porque se trata de un líquido en un cartucho que produce gotas y tiene sabor y aroma similar al cigarrillo, pero sin nicotina ni ningún otro derivado del tabaco.
Cuando el usuario inhala el dispositivo, el atomizador calienta el contenido del cartucho para generar vapor de agua. Al exhalar, la persona suelta el vapor, simulando la experiencia de fumar.
Sus comercializadores afirman que el cigarrillo electrónico podría ayudar a abandonar el tabaco de manera definitiva. El proyecto cuenta con el aval de la Fundación Favaloro y de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología.