Facilita el contacto con tu ser interior, te hace ser consciente de ti simsmo, de quién eres, dónde estás y cómo te sientes, algo que se olvida en la lucha diaria.
Te ayuda a observar qué ocurre con tu vida ahora, cómo te sientes, qué quieres realmente hacer con tu existencia.
Vuelves a integrarte en el todo que eres: una unión entre mente, cuerpo, emociones, sentimientos y sentidos.
Te hace estar presente, porque el cuerpo y los sentidos te llevan al «aquí y ahora», mientras que la mente continuamente está viajando al pasado y al futuro, recordando lo que hiciste ayer o anticipando lo que tienes que hacer mañana,
Te ayuda a dejar salir de forma fluida tensiones, sensaciones y recuerdos que te impiden vivir en armonía y gozo.
Experimentas una sensación de unión contigo mismo, con los demás y el mundo en que vives; tienes menos necesidades, prisas y nerviosismo.
Gracias al contacto real con alguien, puedes decidir mejor si quieres o no estar con esa persona, con menos riesgo de relacionarte neuróticamente, o sea, por necesidad de compañía.