Sé que cada vez perdemos más el miedo a disfrutar del todo de nuestra sexualidad, y eso es algo que no puede traer más que cosas positivas. Sin embargo, muchas son las personas que todavía se avergüenzan de vivir el placer sexual con ciertos complementos como los juguetes sexuales, y por ello recurren a la compra online, que aunque no tienen nada de malo, la verdad es que muchas de ellas no dejan claro el material de fabricación de estos ni su procedencia, y hay que tener especialmente cuidado con ello, ya que al fin y al cabo van a estar en contacto con tus partes íntimas, con lo que las reacciones alérgicas o los problemas pueden multiplicarse si no se toman las correctas precauciones.
Por ello, aunque soy compradora online, me gusta siempre estar segura de lo que compro, y prefiero la verdad pagar un poco más en estos casos y llevarme a casa un producto de calidad, ya que no siempre uno encuentra lo que busca a un precio económico. Y al fin y al cabo, tampoco es que nos compremos juguetes sexuales todos los días, con lo que vale la pena invertir algo más de dinero en algo que valga la pena, y no acabar con el nuevo juguete olvidado porque no nos resulta nada confortable su uso. Al menos esa es mi forma de verlo.
Y aunque al principio del post hablé claramente de las tiendas online, lo cierto es que ocurre lo mismo en las físicas, a las que se les deben pedir los mismos requisitos, aunque como en internet hay más competencia, suele haber muchas más compras que no son del todo favorables.