El flirteo: una herramienta de poder.

El coqueteo femenino es una conducta que otorga más claves de las que parecen a simple vista. Es fácil suponer que las mujeres flirtean por las mismas causas que los hombres: ellas también desean irse a la cama. Pero, desde luego, no es la única razón. Manipular la sexualidad es una forma de poder, sobre todo cuando éste aún no se le otorga socialmente a las mujeres con las misma facilidad que a los hombres.

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Según un estudio publicado por la historiadora e investigadora Shere Hite, el flirteo produce seguridad, confianza en sí mismas y sensación de estar en control de la situación. Muchas veces el fin último del coqueteo es, simplemente, sentirse deseadas. Esto no implica que las mujeres que lo llevan a cabo tengan la necesidad de validarse a través de la opinión masculina, sino que sean ellas las que, para variar, lleven las riendas.
Lo cierto es que esta técnica (aparentemente inofensiva) de empoderamiento no es muy bien vista ni por otras mujeres, ni por ciertos hombres. En especial, la ropa provocativa y las maneras condescendientes con el sexo masculino provocan escozor en la comunidad feminista, a la que la misma Hite pertenece. Sin embargo, ella responde: “Cada mujer tiene derecho a elegir su propio camino para trabajar por la potenciación de las mujeres, y esto incluye el derecho a hacer su propia elección en materia de vestimenta y de estilo para relacionarse con los hombres”.

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