Cómo crees que renuncias a ti misma, manteniendo esa apatía que tú misma reconoces, o esforzándote en vencerla? No te sientes feliz, admites que sufres, pero culpas de tu insatisfacción a que eres aburrida. Entonces, ¿por qué no intentas superar tu desmotivación? ¿Acaso piensas que es algo irreversible, es decir, que no lo puedes cambiar? Aunque la herencia genética tenga mucha influencia en nuestro temperamento, podemos cambiar actitudes y conductas si nos lo proponemos.
Busca una motivación adulta. A veces la motivación no nos cae del cielo, sino que tenemos que luchar por conseguirla.
Fuera etiquetas. Deja de decirte que eres una persona aburrida. Repetirte esta idea sobre ti refuerza el concepto e impide que cambies. Olvida cómo te calificaban de pequeña y atrévete a ser quien quieres ser ahora, en el presente.
Eleva tu autoestima. En la base de tu desmotivación se encuentra un autoconcepto bajo. Seria conveniente que realizaras una psicoterapia para lograr confiar más en ti misma y poder ilusionarte con nuevos proyectos y actividades.
Involúcrate. Aunque la causa de tu apatía hay que buscarla en un sentimiento interno de poca valía personal, contribuirá especialmente a ayudarte que empieces a responder afirmativamente a la mayoría de las propuestas que te ofrezcan tus amigos, sin preguntarte si te apetece o no, porque durante un tiempo vas a seguir inapetente. Lucha y obtendrás el premio a tu esfuerzo. No lo dudes.