Algunos aniquiladores de la pasión (II)

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¿Qué puede minar nuestro atractivo al punto de alejar hasta a los más interesados en nosotros? ¡Sigue leyendo!

-Mala higiene: Podemos ser la chica más guapa de la fiesta o el tipo de la irresistible sonrisa, pero si alguna parte de ti sugiere desaseo (uñas más largas de la cuenta o sucias, cabello grasoso, olor corporal, mal aliento), olvídalo. El encanto se desvanecerá tan pronto como lo provocaste.

-¿Cómo vas de cortesía?: No es necesario que dividamos a la audiencia en damas y caballeros, que ellas se sienten como dictan las reglas del «decoro» o que ellos abran la portezuela del automóvil servilmente, no. Se trata de cómo tratas a los demás: ¿eres cortés con los camareros, o con familiares y amigos, la gente en la calle? Notar que la persona que nos gusta se concede aires de grandeza y no trata al mundo con amabilidad, puede aniquilar su atractivo en un tris.

-Usar la talla errónea: Pareciera que no, pero estar por encima o por debajo de nuestro peso ideal no es una razón determinante para que se nos reste atractivo. Mucho más que eso, importa el estilo personal y la manera de llevar la ropa. Usar la talla correcta es un signo de buen gusto, de autoconciencia y amor propio: unos pantalones tan ceñidos que muestran todo lo que deberían disimular o una blusa que pareciera robada del armario de un gigante dan una idea triste de nuestro amor propio.

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