El sobrepeso es una epidemia de nuestro tiempo. El mundo ha cambiado tanto en la forma de producir los alimentos como en la manera de prepararlos y venderlos. También la manera en que trabajamos y nos desplazamos para realizar nuestras actividades: nos movemos menos, comemos peor. Los múltiples factores que inciden en el sobrepeso chocan terriblemente con la imagen que los productos mediáticos nos ofrecen como ideal, produciendo una frustración muy grande en la mayoría de la población.
Las personas con sobrepeso (que no obesidad, y especialmente las mujeres), sufren más que nada, incluso más que por las enfermedades derivadas por el exceso de grasa corporal, una baja considerable de amor propio. La National Slimming Survey, prestigiosa encuesta realizada en el Reino Unido hace un par de años, establece que “las personas con sobrepeso son ahora perseguidas públicamente de una forma tal que resultaría inaceptable para cualquier otro grupo de ciudadanos”. Desde los calificativos despectivos (“la gordita”, “el tonel”, etcétera) hasta el énfasis en sus tipos de personalidad (“no tiene control” “no se quiere a sí misma”). ¿Cuáles son las consecuencias? Las cifras son alarmantes: 89% de las encuestadas presentan desprecio a sí mismas, 91% depresión y 82%, angustia por los efectos futuros en su salud.
¿Cómo llevar esta situación de la mejor forma posible? Continúa leyendo.
Fuente: Slimming World