La exposición constante a ruidos molestos produce varios efectos negativos sobre la salud. Los grupos más afectados son los niños, los ancianos, los enfermos y las personas con dificultades de visión o auditivas. Entre los efectos producidos se destacan:
Malestar
Este es el efecto más común del ruido sobre las personas y la causa inmediata de la mayoría de las quejas. Las personas afectadas se toman intranquilas, inquietas, depresivas, desamparadas y ansiosas. El nivel de malestar varía en función de la intensidad del ruido y de factores asociados a él. Si el ruido es intermitente influyen también la intensidad máxima de cada episodio y el número de estos.
Daños al oído
Se trata de un efecto físico que depende únicamente del sonido. En la sordera transitoria todavía no hay una lesión. La recuperación es normalmente casi completa al cabo de dos horas y completa a las 16 horas de cesar el ruido, si se permanece en un estado de confort acústico. La sordera permanente está producida por exposiciones prolongadas a niveles superiores de 75 decibeles y por acumulación de fatiga auditiva sin tiempo suficiente de recuperación. En estos casos hay una lesión en el oído interno. Se produce inicialmente en frecuencias no conversacionales por lo que la persona no suele notarlo hasta que es demasiado tarde.
Trastornos del sueño
El ruido influye negativamente sobre el sueño de tres formas diferentes: genera la imposibilidad de dormir, causa interrupciones en el sueño (que si se repiten llevan al insomnio) y disminuye la calidad del mismo, acortando sus fases más profundas. Como consecuencia de todo ello, la persona no habrá descansado bien y será incapaz de realizar adecuadamente al día siguiente sus tareas cotidianas. Si la situación se prolonga, el equilibrio físico y psicológico se ven seriamente afectados.
Pérdida de atención, concentración y rendimiento
Es evidente que cuando la realización de una tarea necesita la utilización de señales acústicas, el ruido de fondo puede interferir con su percepción. Por otra parte, un ruido repentino producirá distracciones que reducirán el rendimiento y afectan el nivel de concentración. En ambos casos se afectará la realización de la tarea, apareciendo errores y disminuyendo la calidad de la misma.
En los niños, problemas para aprender a leer
En ciertos casos las consecuencias serán duraderas, por ejemplo, los niños sometidos a altos niveles de ruido durante su edad escolar no sólo aprenden a leer con mayor dificultad sino que también tienden a alcanzar grados inferiores de dominio de la lectura.