Muchas veces las mujeres se quejan de que sus maridos hacen la mitad de lo que ellas hacen y aún tienen exigencias que otorgar. Lo cierto es que cada pareja es un mundo, y generalizar en eso de las relaciones humanas es como poco bastante frívolo. Sin embargo como seres sociales que somos si que podemos apelar a la cultura de la sociedad en la que vivimos para entender algunas cosas. Así en muchos casos el machismo se mantiene casi intacto en nuestra época y aunque se haya cambiado bastante con la incorporación de la mujer al mundo laboral, la verdad es que ellos siguen entendiendo que la dama ha de estar al servicio de su marido.
No hace tanto al fin y al cabo que en los matrimonios se hacía semejante juramento, y por poner ejemplos de esos que pasan a la historia, aún en las bodas reales se menciona, aunque ya no es la primera mujer que se niega a jurar semejante estupidez. Dicho esto, me voy directa al punto de asumir la parte que nos toca como mujeres cómplices de los caprichos de la pareja. Prestarle la misma atención que el nos presta a nosotras, y poner sobre la mesa un reparto equitativo de tareas es lo primero para luego quejarnos, porque seguir manteniendo una situación en la que somos nosotras las que permitimos que se comporten como verdaderos niños consentidos a los que tener en palmitas es en parte anular la raíz del problema.
¿Tú que opinas, somos cómplices las mujeres en eso de tener a una pareja consentidas como niño? ¿La culpa es nuestra?
Imagen | sarihuella
