Hábitos que consolidan tu madurez: Comprende para que te comprendan

Ser responsable significa que tomas tus propias decisiones según tu propio criterio, que confías en ti mismo y que no te dejas llevar por los demás. ¿No crees que merece la pena? Más pronto o más tarde, llega el momento de agarrar el timón de nuestra existencia, de construir la vida que de verdad deseamos, de romper con los viejos hábitos y establecer otros que nos ayuden a ser la persona que queremos ser.

Pasamos años aprendiendo a leer y a escribir, años aprendiendo a hablar. Pero, ¿quién nos enseña a escuchar? Te damos algunos consejos para evitar uno de los errores más grande a la hora de hacer relaciones: escuchar con la intención de responder, olvidando la de comprender.

¿Cómo lograrlo?

Para escuchar de forma empática, usa tu corazón y tus ojos, no sólo tus oídos. Percibe los sentimientos, los gestos, la conducta; intuye y siente a la otra persona. Así proporcionas comprensión
sin emitir juicios, y estableces buena conexión con el otro.

Resume lo que dice el otro. No evalúes, sondees o interpretes. Cuando termine de hablar, demuestra que le has prestado atención.

Parafrasea contenidos. Di con tus propias palabras lo que quiere decir el otro. Razona y aplica la lógica. Así evitarás que las conversaciones sean monólogos encadenados.

Demuestra sensibilidad. Intenta percibir los sentimientos que la otra persona tiene cuando te comunica. No prestes tanta atención a lo que dice, sino a lo que puede estar sintiendo.

Intenta comprender de verdad. Trata de crear el ambiente oportuno para que surja la confianza en la relación.

¿Sabías que sólo el 10 por ciento de lo que comunicamos llega a través de las palabras?, ¿qué otro 30 por ciento se comunica por sonidos; y, qué el 60 restante a través del lenguaje corporal? Tu ejemplo, tu conducta, tu carácter, comunican más que tu discurso.

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