Ser responsable significa que tomas tus propias decisiones según tu propio criterio, que confías en ti mismo y que no te dejas llevar por los demás. ¿No crees que merece la pena? Más pronto o más tarde, llega el momento de agarrar el timón de nuestra existencia, de construir la vida que de verdad deseamos, de romper con los viejos hábitos y establecer otros que nos ayuden a ser la persona que queremos ser.
¿Cuál es tu objetivo en la vida? ¿Qué principios te rigen? El siguiente ejercicio te ayudará a averiguarlo. Dedícale todo el tiempo que necesites.
¿Cómo lograrlo?
Imagina que estás asistiendo al funeral de un ser querido. Mientras caminas por el pasillo central, te fijas en las flores, la suave música del órgano… Hay rostros de amigos y parientes. Sientes pena por la pérdida. Cuando llega el ataúd, y miras dentro, te plantas cara a cara contigo. Es tu funeral. Tomas asiento. Hay cuatro personas que van a expresar sentimientos de amor y aprecio por ti para rendirte homenaje: un familiar, un amigo, un compañero de trabajo y alguien de tu entorno, por ejemplo un vecino. Ahora, piensa de manera profunda: ¿Qué te gustaría que cada uno de los oradores dijera de ti y tu vida? ¿Qué tipo de persona, de padre (o madre), de hermano te gustaría que reflejarán? ¿Qué clase de amigo? ¿Qué carácter te hubiera gustado que hubieran visto en ti? ¿Cómo te gustaría haber influido en sus vidas?