Recientemente un estudio de la Universidad de Queensland, Australia, fue categórico al afirmar que, entre las mujeres sin hijos, las que viven en pareja engordan más. Según los científicos, las diferencias fueron notables: el peso promedio adquirido durante diez años por una mujer de 70 kilos fue de 10 kilos si la mujer tenía un hijo y una pareja; de 7 kilos si tenía compañero, pero ningún niño; y de 5 kilos si no tenía ni hijos ni pareja. Los investigadores explicaron que no existen motivos para creer que la convivencia pueda causar cambios metabólicos, por lo que los kilos extras van asociados a una modificación en las conductas.
Según la doctora Dobson, autora del estudio, es un dato inquietante: «Es un tema de salud preocupante. Casar se o mudarse con una pareja y tener un hijo son acontecimientos que disparan la tendencia a engordar. Por eso, las mujeres deberán cuidarse más en esos momentos especiales» concluyó.