Algo tan sencillo como elegir el color de uan prenda al vestirte por la mañana puede mejorar tu estado de ánimo. Rodéate de los tonos que dan «buen rollo» y aprenderás a disfrutar combinándolos como si fueras un artista del pincel. Los colores influyen en nuestro estado de ánimo y cada momento y cada circustancia tendemos a elegir unos y recharzar otros. Seguimos viendo más sobre el lenguaje de los colores.
NARANJA
• Evoca: Alegría, pensamiento positivo, creatividad, curiosidad, exploración.
• Efectos: Estimula la capacidad de expansión de los pulmones y el apetito.
• Combate: Problemas pulmonares (asma, bronquitis) y digestivos; regula trastornos alimenticios.
• Mente: Ayuda a superar estados de depresión, pesimismo, nostalgia, parálisis.
AZUL
• Evoca: Frialdad, calma, contemplación.
• Efectos: Disminuye la presión arterial, el ritmo respiratorio y los latidos del corazón.
• Combate: Sofocos y golpes de calor, dolores, fiebre, tos, nervios: beneficia las zonas de la garganta, la dentadura, la lengua y los oídos.
• Mente: Reduce la sobreexcitación: aporta armonía y serenidad; promueve una buena expresión oral.
BLANCO
• Evoca: Limpieza, inocencia, pureza, santidad.
• Efectos: No es realmente un color, sino un reflejo que irradia todos los tonos del arco iris, una luz muy potente y purificadora.
• Se utiliza: Para diagnosticar enfermedades en iridiología; también tonifica el organismo.
• Mente: Proporciona paz, serenidad, equilibrio mental, emocional y espiritual.
NEGRO
• Evoca: La energía de la noche y del invierno que preceden a la luz.
• Efectos: Puede estimular la fuerza interior.
• No se utiliza ni en cromoterapia ni en sanación, puesto que -al contrario que el blanco- se asocia con la oscuridad.
• Mente: Estimula la autodisciplina y potencia la sensación de fuerza interior, de coraje y de poder personal.