El origen de este trastorno generalmente es multicausal: está determinado por más de una causa. Sin embargo, las causas más corrientes que explican la disminución del deseo sexual son:
– Los cuadros depresivos. Se pierde el interés en aspectos vitales que antes eran importantes.
– Las frustraciones sexuales repetidas. Llevan a la baja del deseo para evitar el fracaso.
– Los conflictos por una educación muy restrictiva. Se asocia placer y deseo sexual con el pecado.
– Las intervenciones quirúgicas que originan vivencias castratorias o mutilantes (mamas, próstata, útero) y dan lugar a un sentimiento de desvalorización.
– Uso de medicamentos. Frecuentemente afectan el deseo sexual los psicofármacos, los betabloqueantes, las antiandrogénicos (para la próstata y actualmente para la calvicie), los antihipertensivos.
– Los cambios hormonales. Los más importantes ocurren en el embarzo y la menopausia, por descenso de producción de testosterona.
– Las crisis vitales y los problemas actuales. Los cambios lógicos de la vida o las situaciones inesperadas pueden afectar la libido.
– Consumo crónico y abusivo de drogas y alcohol, suelen ocasionar trastornos orgásmicos o erectivos.