Siempre existe la posibilidad de que estemos en boca de algunas personas, y lo mejor es tener las armas suficientes para enfrentarse a esas críticas. Es importante saber que, a menudo, la crítica es la única fórmula con que cuenta el atacante para sentirse importante.
Y algunas personas sienten una satisfacción especial al criticar a quienes tienen una educación mejor que la suya o han obtenido más éxito. Una forma óptima de controlar la susceptibilidad es aprender a pensar. ¿Cómo? Clasifica tus pensamientos como razonables, absurdos y dañinos.
Si crees que te miran mal, analiza la situación con objetividad. Si concluyes que esa impresión daña tu psique, sustitúyela por otra positiva. Los demás no siempre están pensando en ti ni se preocupan de lo que dicen otros acerca de tu persona. Piensan, sobre todo, en ellos mismos. Más o menos como tú, ¿o no?
