Mal de amores, mal de muchos

Aunque hombres y mujeres nos consideramos fundamentalmente diferentes en nuestras formas de ser, la verdad es que si hay algo que nos afecta por igual son las rupturas, y aunque cada uno de los sexos la tiende a enfrentar en su propio modo, y todo depende también de la persona en concreto de la que hablemos, dejar a alguien o que nos dejen suele ser un varapalo que nos deja tocados, muchas veces de pro vida.

La verdad es que ser abandonado o admitir que una relación ya no tiene futuro es una cuestión que lleva mucho tiempo asumir, y hay quien no lo hace de pro vida. Y aunque nos digan que el tiempo todo lo cura, y que ya llegará la persona adecuada, hay quien es incapaz de abrirse a otros sentimientos más allá de los de encerrarse en sí mismo y no querer saber nada del mundo.

Lo mejor en estos momentos es no querer apresurar las cosas, tomarnos el tiempo que sea necesario para superarlo e intentar apoyarnos en familiares y amigos, que son los que mejor nos van a entender en este momento. Eso y armarnos de paciencia, sin intentar culparnos de lo que ha ocurrido o idealizar la relación. Y por supuesto, aprender de los errores que hemos cometido para luego no repetirlos en nuestra futura relación

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