Lugares prohibidos: ¿Por qué nos dan morbo?

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Lo cierto es que en esto del sexo, las posibilidades son casi infinitas, depende solamente de lo que tu creatividad se imagine hacer, y sobre todo de lo que tu moral te permita hacer. Porque por lo general con todo lo que tiene que ver con el sexo tenemos en parte un conflicto de intereses entre ambas cosas. Sin embargo, cuando eres capaz de decir que no te importa el qué dirán y te lanzas a vivir el carpe diem, entonces puedes encontrarte pensando en practicar sexo en lugares prohibidos, y esto es para muchos algo que les excita mucho y que acaba dándoles más morbo que muchas otras cosas. Pero, ¿por qué?

Pues creo que cada cual tendrá su propio argumento, pero lo cierto es que lo de los lugares prohibidos es en realidad algo bastante común, y sobre todo hay una razón para que a la mayoría les hagan sentir por lo general más excitados y no es otra que precisamente lo de estar prohibidos. Y es que en casi todo, esté o no relacionado con el sexo, lo de prohibir funciona casi como un reto, y muchos son los que al menos han pensado en asumirlo, aunque menos ya los que se atreven a probarlo.

Lugares prohibidos: ¿Por qué nos dan morbo? Imagínate que en el tren por ejemplo, estuviese bien visto hacerlo ¿Te parecería tan interesante? El avión, una plaza pública a plena luz del día, el ascensor y tantos otros sitios que en muchos casos forman parte de las escenas eróticas de películas y libros son solo deseables por la mayoría por su carácter de prohibidos. Si le quitásemos eso, a casi nadie le harían tanta gracia.

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