Helen Fisher, reconocida antropóloga y autora de varios best-sellers sobre el amor, la sexualidad y las relaciones humanas, afirma haber descubierto una de las más asombrosas claves de la atracción: los tipos de personalidad creados por las sustancias (hormonas y neurotransmisores) que más segrega nuestro cuerpo.
En su libro Why Him, Why Her? («¿Por qué él, por qué ella?«) son cuatro los tipos que, según Fisher, nos ahorrarán muchos descalabros si aprendemos a identificar antes de involucrarnos en una relación:
El Constructor: Personas en las que la serotonina juega un papel protagónico. Son cautelosas, precavidas y convencionales. Su idea o palabra clave es “familia”. Si quieres comenzar a conocerle, pregúntale a quién conoce.
El Explorador: Altos niveles de dopamina determinan su comportamiento. Son aventureros, creativos, hambrientos de emociones fuertes. Su palabra o idea clave es “aventura”. Si quieres comenzar a conocerle, pregúntale qué hace.
El Director: Regido por la testosterona, es analítico, agresivo y dinámico. Su palabra o idea clave es “inteligencia”. Si quieres comenzar a conocerle, pregúntale qué piensa.
El Negociador: Los estrógenos conducen su ánimo. Es empático, idealista e imaginativo. Su palabra o idea clave es “pasión”. Si quieres comenzar a conocerle, pregúntale qué siente.
Fisher asegura que con este estudio se confirma que es cierto lo que dice el refrán: “Los opuestos se atraen”… pero sólo en el caso de los Directores y los Negociadores, pues se ha comprobado que tanto los Constructores como los Exploradores buscan relacionarse con los más afines a ellos.
Fuente | Elle