Para los que todavía se estén preguntando acerca del punto G femenino, hoy creo que van a tener respuestas, porque parece que por fin, después de tantos años explicando que no existe, con teorías que demuestran su existencia y un largo etcétera de argumentos, hay un médico que se atreve a documentar la verdadera existencia anatómica del punto G. Adam Ostrzenski es el que ha resuelto, el misterio, o eso dice él.
En realidad, el descubrimiento parece haberse hecho en un cadaver que había sido donado a la ciencia, y el profesor de ginecología ha delimitado justo en una bolsa perfectamente delineada la cual se puede encontrar en el interior de la vagina, cuyas paredes guardan similitud con tejidos eréctiles y que en la parte superior es de un color azulado. ¿Estamos ante la prueba final?
Pues en realidad, aunque el experimento y las pruebas existen, aún son muchos los que forman parte de la comunidad y que no creen que esto exista y niegan en rotundo a pesar de las pruebas la existencia del punto G femenino. Por lo que por el momento, aunque hay material por donde seguir investigando, vamos a tener que seguir viviendo sin conocer si realmente esa G existe.