Cuando los hombres no sienten deseo sexual

«Te contaré el truquito que uso –dice Raúl–. La busco cuando sé que me va a decir que no, así que¬damos a mano. Es más para anotarme unos punti¬tos que porque tenga ganas de tener sexo.» Hoy, la «falta de ganas» es mixta. Culturalmente, se acepta que una tenga poco apetito sexual. Pe¬ro si un hombre pierde el interés, él mismo y la so¬ciedad ponen su masculinidad en cuestión.
Raúl está muy enamorado de Teresa y valora mu¬cho el compromiso que mantienen desde hace seis años. Entonces, ¿qué ahuyenta el deseo? Podríamos especular acerca de cuán cansado puede haber estado Raúl estos últimos meses, la preocupación y la ansiedad son antiafrodisía¬cos muy potentes. Pero, en general, estamos igual de ocupados cuando nos enamoramos y, sin em¬bargo, no sentimos cansancio, ¡aunque hayamos dormido dos horas! Además, a veces, el estar es¬tresados exacerba el deseo. Una posible hipótesis es que desea a otra mujer. Teresa se cuestiona a sí misma: «¿Seguiré siendo atractiva para Raúl?». El asegura que sí.
Parte de este retraimiento es normal. Viene con el tiempo y con la costumbre. Pero si Raúl no pensara que ser hombre significa siempre estar dispuesto y tener deseo, resolveríamos la mitad del problema. Actualmente, el sexo está tan cargado de presio¬nes que pierde gran parte de su diversión. Siempre que Raúl y Teresa hacen el amor, lo dis¬frutan y valoran la experiencia, y esto me hace pensar que el bloqueo obe¬dece a otras cuestiones.
El declive sexual a veces tiene lugar cuando aumenta la sensación de intimidad. Cuando le preguntan a Teresa cuándo cambiaron las cosas, dice que fue cuando se casaron. Es una extraña relación inversa: cuando él es más cariñoso y tierno, se siente menos libre y relajado sexualmente. Para mantener el deseo una relación larga se debe constituir un espacio erótico, que les permita a ambos sentirse autónomos e independientes.
Pero también entra en juego otra dinámica. Para Raúl, el amor es una carga. Cuando se enamora de una mujer, rápidamente se siente responsable y se preocupa por ella. Entonces, se refugia en porno o en sus fantasías. Allí puede sentirse libre de preocupaciones y responsabilidades, pues expresar su sexualidad sin que medien sus sentimientos y los de la otra persona.
Ejercicio para poner en práctica
Para descubrir cuáles son las causas del declive sexual, uno puede plantearse: «Se me van las ganas cuando …..”. ,expresar qué cosas hacen que uno se cierre, y entonces pensar qué cosas a uno  le dan ganas, lo hacen abrirse. Así que, chicas, antes de salir corriendo a comprar lencería erótica, va a ser mejor que se propongan este ejercicio. Porque si su falta de deseo sexual tiene otras causas, las velas y la seducción no darán los resultados esperados, y lo único que van a conseguir es sentirse mal con ustedes mismas.

«Te contaré el truquito que uso» –dice Raúl–. La busco cuando sé que me va a decir que no, así quedamos a mano. Es más para anotarme unos puntitos que porque tenga ganas de tener sexo.» Hoy, la «falta de ganas» es mixta. Culturalmente, se acepta que una tenga poco apetito sexual. Pero si un hombre pierde el interés, él mismo y la sociedad ponen su masculinidad en cuestión.

Raúl está muy enamorado de Teresa y valora mucho el compromiso que mantienen desde hace seis años. Entonces, ¿qué ahuyenta el deseo? Podríamos especular acerca de cuán cansado puede haber estado Raúl estos últimos meses, la preocupación y la ansiedad son antiafrodisíacos muy potentes. Pero, en general, estamos igual de ocupados cuando nos enamoramos y, sin embargo, no sentimos cansancio, ¡aunque hayamos dormido dos horas! Además, a veces, el estar estresados exacerba el deseo. Una posible hipótesis es que desea a otra mujer. Teresa se cuestiona a sí misma: «¿Seguiré siendo atractiva para Raúl?». El asegura que sí.

Parte de este retraimiento es normal. Viene con el tiempo y con la costumbre. Pero si Raúl no pensara que ser hombre significa siempre estar dispuesto y tener deseo, resolveríamos la mitad del problema. Actualmente, el sexo está tan cargado de presiones que pierde gran parte de su diversión. Siempre que Raúl y Teresa hacen el amor, lo disfrutan y valoran la experiencia, y esto me hace pensar que el bloqueo obedece a otras cuestiones.

El declive sexual a vecproblemas sexualeses tiene lugar cuando aumenta la sensación de intimidad. Cuando le preguntan a Teresa cuándo cambiaron las cosas, dice que fue cuando se casaron. Es una extraña relación inversa: cuando él es más cariñoso y tierno, se siente menos libre y relajado sexualmente. Para mantener el deseo una relación larga se debe constituir un espacio erótico, que les permita a ambos sentirse autónomos e independientes.

Pero también entra en juego otra dinámica. Para Raúl, el amor es una carga. Cuando se enamora de una mujer, rápidamente se siente responsable y se preocupa por ella. Entonces, se refugia en porno o en sus fantasías. Allí puede sentirse libre de preocupaciones y responsabilidades, pues expresar su sexualidad sin que medien sus sentimientos y los de la otra persona.

Ejercicio para poner en práctica

Para descubrir cuáles son las causas del declive sexual, uno puede plantearse: «Se me van las ganas cuando …..”. ,expresar qué cosas hacen que uno se cierre, y entonces pensar qué cosas a uno  le dan ganas, lo hacen abrirse. Así que, chicas, antes de salir corriendo a comprar lencería erótica, va a ser mejor que se propongan este ejercicio. Porque si su falta de deseo sexual tiene otras causas, las velas y la seducción no darán los resultados esperados, y lo único que van a conseguir es sentirse mal con ustedes mismas.

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