Nuestra cultura nos ha enseñado que no se puede vivir del amor. Esto es cierto; pero el bienestar económico puede condicionar la conformación y la permanencia entre dos personas. Si esto se sabe ¿Por qué dejamos que los números se inmiscuyan las sábanas? ¿Por qué el dinero termina siendo tan importante? Seguimos viendo más situaciones de cuando la fortuna interviene en la pareja.
Sola y sin dinero
Gracias a estas falsas creencias tenemos hoy mujeres de 40 ó 50 años a las que el marido las deja por una más joven. Este desengaño les permite darse cuenta de que delegaron en el otro la provisión de amor y dinero, y que, ahora, se quedaron sin ninguna de las dos cosas.
Tomar las riendas
Qué diferente sería la vida de esas mujeres si su marido las dejará, y si ellas tuvieran los recursos para abastecerse. Incluso, quizá se hubiesen separado antes de vivir esa relación enfermiza, hubiesen soportado menos infidelidades y maltratos. Es un tema profundo y no es fácil estar en sus zapatos.
Metas compartidas
Debemos distinguir, si lo que se busca es un buen pasar económico o una buena persona con quien compartir sueños y proyectos y que nos acompañe en la vida sin importar el dinero que tenga. Es preciso no mezclar las expectativas que tenemos para cada área de nuestra vida: podemos desear tener dinero y también formar una pareja, ya que pueden cumplirse por separado.