En el amor todo es muy bonito. Bueno, todo o casi todo, porque como hemos comentado muchas veces la convivencia en muchos casos es capaz de minar la relación de pareja de forma considerable. Y si todo se supera, somos felices hasta el día en que se acaba. Precisamente con la ruptura, en la mayoría de los casos el mundo se nos viene abajo, sobre todo si la relación ha durado años y nos hemos adaptado a unas prácticas comunes de las que ahora no sabemos cómo escapar.
Sin embargo, todas las rupturas se pueden superar. Ya sean las que nos hemos dejado por mútuo acuerdo, porque las cosas ya no tenían ningún sentido, o aquellas en las que nos han dejado. Eso sí, el principal paso a dar para superar la ruptura es asumirla. No podemos vivir echándonos culpas, analizando los problemas que han pasado o buscando culpabilizar al otro. Se rompe la relación, y si no hay marcha atrás, hay que dar el paso, y asumir que se ha roto.
Una vez hecho esto, que creo que es lo más difícil, hay que evitar todo aquello que nos recuerda especialmente a los momentos más felices, o a los más tristes, al menos al principio. También hay que procurar desconectar de nuestros pensamientos, salir con nuestros amigos y familiares y procurar ocupar nuestro tiempo, ya sea en el trabajo o en hobbies para conseguir salir adelante.
Y aunque estos son algunos de los consejos que a mi me han funcionado para superar una ruptura, nos gustaría que cada uno de nuestros lectores nos contará los suyos propios, que de seguro resultan de gran ayuda a los demás. ¿Qué me dicen, se atreven?
