La presentación del tema suscita razonables críticas feministas. Ya las oigo: “¿Y por qué no se ocupa de cuando la mujer es mucho más joven que el hombre?“ Para muchas mujeres de esta época, que podamos elegir la pareja según su edad y su deseo, es un triunfo. Los medios sensacionalistas clasifican de “asalta-cunas” a las que pasados los 30, 40, 50 y 60 años disfrutan de la compañía de hombres mucho más jóvenes que ellas. ¿Favorece o perjudica a las personas este cambio de costumbres? La licenciada Isabel Boshi nos da su opinión sobre el funcionamiento de las parejas hombre joven-mujer grande.
¿QUÉ VIERON ELLAS EN ESOS JÓVENES?
1) El argumento más irrebatible: «Me enamoré. Es una cuestión de piel». Es la mujer apasionada.
2) «Se atrevió a mirarme a los ojos y a invitarme a bailar delante de todos». Es la mujer poderosa que toma decisiones y que encuentra a un osado admirador que no le teme. Alguien de su estirpe con quien rivalizar.
3) «Es el muchacho más hermoso que he visto». Dice la esteta.
4) «No podría presenciar la decadencia física de un compañero» Es la que huye de la vejez.
5) «Me comprende, me escucha» …. Es la que necesita atenciones cariñosas.
6) «El sexo con él es maravilloso. No se cansa nunca. Me hacer revivir», confiesa la entusiasta sexual que concentra sus intereses en la intimidad genital.
¿Qué perfil de mujer se permite salir de la norma que dice que «el hombre debe ser mayor que la mujer? Es la mujer suficientemente evolucionada en su madurez sexual, su economía y sus emociones como para no depender de varón alguno, sino para disfrutar de lo que ambos aportan a la relación actual: juventud y valores anticonvencionales.