Cuando no sepas qué es lo que falla, échale un vistazo a tu estilo de comunicación, y comprueba si demuestra…
- Que respetas a los demás, les consideras tus iguales y no tratas de quedar por encima de ellos.
- Que respetas el derecho de los demás a tener sus propias opiniones y no tratas de manipularles para que adopten tu punto de vista.
- Que respetas y valoras las decisiones de los demás y no las desacreditas.
- Que respetas los valores y las experiencias de los demás.
Ten presente todo para analizar cómo se siente la otra persona a la hora de hablar contigo. Si la otra persona no se siente respetada, evidentemente tu comunicación no ha sido efectiva, sean cuales fueran tus intenciones. Recuerda: tu responsabilidad va más allá de dar el mensaje; eres responsable también, por la parte que te toca, del proceso de comunicación y del mensaje que reciben los demás.