Una relación amorosa, no es una ecuación matemática donde todo se puede explicar racionalmente. Aún así, hay reglas que son básicas para que cualquier comienzo pueda transformarse en algo serio. Volver a empezar con una nueva pareja. ¿Qué tener en cuenta?
Reflexionar «a conciencia»»
Antes de «lanzarse» ciegamente hacia los brazos de alguien, es preciso que analicemos toda la situación y seamos capaces de saber qué nos motiva a querer compartir nuestra vida con esa persona: ¿realmente disfrutamos su compañía? ¿0 tal vez buscamos «tapar» nuestra soledad? ¿Podemos convivir con todos sus defectos así como con sus virtudes?
Sobre el «juego» de las similitudes:
Una pauta de que lo pasado quedó atrás es que, cuando se conoce a una nueva persona, no estamos permanentemente comparándola con nuestra relación anterior. ¿Por qué? Porque este nuevo ser, es otro comienzo y una experiencia diferente en nuestra vida. Si estamos apelando, en forma constante, a nuestra memoria amorosa», el momento de «volver a empezar», aún no ha llegado.
Ser profundos:
En cualquier ámbito, para que algo funcione, debemos comprometernos a fondo. En el amor, esto es fundamental. Si queremos formar un nuevo vínculo, fuerte y duradero, debemos actuar conforme a ese deseo. Si nos despertamos sobresaltados en el medio de la noche, pensando que el otro viene a «invadir» nuestros espacios, por supuesto que es una sensación válida, pero también el indicio de que no podemos sostener, aún, una pareja.
Dejar de lado las «dualídades»:
Antes de elegir cualquier camino, debemos estar cien por ciento seguros. En su libro El poder del amor, el escritor Klaus Joehle afirma que » cada vez que se toma una decisión, un universo entero se crea en ese momento». Cuando empezamos a titubear, o mostrar un doble discurso, es una clara señal de que la relación que se formó no será sólida. Por el bien propio, y del otro, es mejor seguir conociéndose sin crear falsas expectativas.