Tu ganas, yo gano: Aprende a resolver los conflictos

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A menudo, nuestros objetivos no avanzan porque chocan con los de otras personas. Pero, en vez de pelear, ¿por qué no aliarnos para avanzar juntos?

Tienes la sensación de que últimamente estás peleando mucho con la gente? Si bien es imposible obtener la paz eterna, libre de roces y de enfrentamientos en tus relaciones. Pero sí vamos a intentar ayudarte a resolver los conflictos de una manera más eficaz y, si es posible, más agradable. Para ello tienes que hacer un pequeño trabajo previo: convencerte de que los conflictos con los demás son en verdad una oportunidad para progresar (o sea, que no hay que resistirse a ellos, ni evitarlos ni temerlos). El paso siguiente será que aprendas a detectar su origen, antes de que se conviertan en excusas, justificaciones, estrategias defensivas y otras trampas que sólo crean confusión y no aportan nada.

No hay perdedor ni ganador

En una sociedad tan individualista como en la que vivimos, se aplaude más al que compite que al que comparte. 0, lo que es lo mismo, se asume que para que alguien gane, siempre hay otro que tiene que salir perdiendo. Sin embargo, está postura es frágil, éticamente cuestionable y bastante cínica. Porque, ¿y qué sucede si el que compite con nosotros es un hermano, nuestra pareja o un amigo?

Es importante que quede claro que en la resolución auténtica de un conflicto entre dos o más personas nunca hay un vencedor y un perdedor, sino que solamente se dirime y zanja de verdad un litigio de intereses cuando todas las partes implicadas acaban satisfechas. La consigna y el objetivo en todo debate debe ser, pues: «Tú ganas, yo gano».Y a explicarlo en detalle es a lo que vamos a dedicarnos aquí.

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