Según experiencias de profesionales, en el marco de la consulta diaria, hay una gran diferencia entre una relación amorosa sexual y una relación puramente genital. En el primer caso, se necesita tiempo para conocer a la otra persona y gustar de ella como ser humano, requisito necesario para despojarse de las corazas defensivas que cada uno viste, y poder así ingresar a un espacio de intimidad emocional, de vulnerabilidad y exposición, sin tener miedo alguno.
En el segundo caso, lo que prevalece es el coraje de dejarse llevar por una situación desconocida, que podría tener consecuencias indeseadas. Es importante tener en cuenta que para ambas realidades la forma de iniciar el acto sexual es distinta, ya que la ternura y sus formas de manifestarse presentan diversos niveles de importancia.