«Arroja a un lado todas las ideas negativas y opuestas. Si tu propósito es convencer, recuerda que es mucho más productivo suscitar emociones que pensamientos’,‘ asegura Dale Carnegie en su libro El camino fácil y rápido para hablar eficazmente. Los sentimientos son mucho más poderosos que las frías ideas. Y para despertar sentimientos es necesario estar profundamente convencido de lo que estamos hablando.
MUESTRA RESPETO Y AFECTO POR TU OPONENTE
Todo ser humano posee un profundo sentimiento de su propio valor, de su importancia, de su dignidad. Si herimos estos sentimientos en alguna persona, la habremos perdido para siempre.
PREGUNTA
Plantear una cuestión a nuestro interlocutor es demostrarle que nos interesamos por su opinión, pero también una forma de desmontarla si, a medida que va respondiendo, él mismo se va dando cuenta de que sus ideas no tienen la fuerza que en principio creía. No obstante, hay que tener cuidado, porque hay gente que percibe las preguntas como algo amenazador, como si quien interroga gozara de cierta superioridad sobre el que contesta.
BUSCA EL SÍ
Se trata de conseguir que nuestro interlocutor acceda a cosas fáciles de aceptar, hasta llegar al punto que realmente nos interesa. Imagina que quieres cambiar de casa y sospechas que tu pareja pondrá la objeción de lo cara que está la vivienda. Primero plantéale que vuestra casa se está quedando pequeña porque los hijos se están haciendo mayores (primer sí). Otro día comenta lo bajas que están las hipotecas (segundo sí) y lo rentable que es invertir en vivienda (tercer sí). Por último, proponle más adelante ir a visitar casas en venta e imaginar la amplitud de espacio que tendrían si una de ellas fuera vuestra.