Aunque a muchos de los que llevan una sana vida sexual les suene a chino, lo cierto es que son muchas las parejas que sufren el síndrome de las estadísticas sexuales, y se empeñan en llegar o incluso en superar la media. ¿Qué quiere decir todo esto? Pues que no son pocos los que se toman al pie de la letra los estudios de investigación que de vez en cuando se publican acerca de la periocidad de las relaciones y que si en ellos se dice 3 veces por semana, aunque no haya ganas, tiempo o simplemente modo de organizarse, esa es la meta que se proponen a toda costa.
Lógicamente, esta especie de sexo por obligación de las estadísticas, desencadena en utilizar a las relaciones como un simple modo de alcanzar un fin que a la pareja en si misma no le proporciona absolutamente nada, y acaban encontrando al sexo más que como un acto placentero y de unión de los dos, como un acto mecánico que hay que hacer porque lo dicta una norma no escrita.
En este caso creo que acudir a la sabiduría popular es la mejor opción, porque ya decía el dicho que más vale calidad que cantidad, y cuando practicamos el sexo, no debemos ir con un contador que nos marque los partidos de la semana, si no más bien que nos indique el placer que hemos sentido y lo bien que nos lo hemos pasado ¿No les parece?