Generalmente, a la hora de seleccionar un candidato, los hombres y mujeres solemos basarse en determinados criterios, tanto físicos como personales. Las pretensiones son variadas: que sea alto, inteligente, buen mozo, atento, sensible (y la lista podría continuar). Una de las acciones más sanas para emprender es la siguiente: olvídate de tu tipo de hombre o mujer. Los peligros de quedarse ligado a un modelo de hombre o mujer son muchos.
El primero es que, en la mayoría de los casos, los parámetros buscados resultan ser inalcanzables y alejados de la realidad. Entonces, puede sucederte que tu modelo ideal no coincida con el real. Pero existe un problema mayor, especialmente en el caso de las mujeres: muchas tienen una tendencia a sentirse atraídas por hombres que tienen siempre las mismas características negativas. Están acostumbradas a lo que ya conocen, que no se abren a nuevos horizontes.
Entonces, en su camino se encontrarán siempre con parejas egoístas, arrogantes y mezquinas. Para avanzar, es necesario olvidarse de todos los requisitos y ser flexible.