Psicología masculina: Cuando el deseo sexual desaparece (II)

¿LA RUTINA MATRIMONIAL INCIDE?

En muchos casos la rutina, la chatura, el hastío y los conflictos conyugales pueden llevar a una inhibición del deseo sexual. Se puede seguir amando a la persona pero no verla ya como objeto de deseo. Muchos cónyuges mantienen relaciones sexuales sólo para cumplir con sus deberes maritales, pero no las desean ni las disfrutan. Pero no es una ley, como afirman algunos, que siempre se pierda la atracción sexual dentro del matrimonio: hay parejas que, sorteando las distintas crisis, han sabido mantener a flote su intimidad y siguen gozando a través de los años.

¿CÓMO SE ABORDAN ESTOS CASOS DE INHIBICIÓN?

El tratamiento dependerá de las causas: no merecerá el mismo abordaje la inhibición sexual por un problema hormonal o aquella producida por el mal uso de psicofármacos, que la que se presenta en los cuadros fóbicos, obsesivos o psicóticos donde, por lo contrario, el pskofármaco racionalmente indicado será necesario. En la inhibición del deseo debida a problemas situacionaks o vinculares el tratamiento más utilizado y efectivo, a veces combinado con ayuda medicamentosa, consiste en una terapia sexual corta, de entre 10 y 15 sesiones. En algunos casos, bastará con que asista sólo el varón o la mujer disfuncional pero resulta bastante habitual, así como provechoso, que se convoque a ambos integrantes de la pareja. Hablar de inhibición del deseo y no de pérdida nos sugiere que, en realidad nunca está perdido del todo, sino que Eros espera resurgir con fuerza -cual Ave Fénix- de sus propias cenizas.

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