Aunque para muchos críticos su obra sólo se movió entre los lindes del humor involuntario y, ahora que ha muerto, muchos encontrarán políticamente incorrecto decir que la leyeron sin haberlo hecho jamás, lo cierto es que autora que nos deja con 83 años y más de 4.000 novelas publicadas (53 años de entregas semanales ininterrumpidas) marcó un antes y un después en lo que al concepto del amor y de la relación en pareja tenemos en lengua española: la creencia en el amor por la persona adecuada como una fuerza que todo lo vence.
Sin embargo, la única relación conocida de María del Socorro Tellado López (Viavélez, Asturias, 1926) estuvo lejos de ser romántica: se separó a los tres años de relación con su esposo, por decisión propia y a pesar de tener dos hijos. Su corazón no se ablandó con el tiempo: el día de la muerte de su esposo Domingo (nunca se divorciaron) quemó las cartas de amor que el le había enviado durante años suplicando una reconciliación, sin haberlas abierto siquiera.
La principal herencia que nos deja la escritora que hizo de la revista Vanidades el vehículo para la difusión de la obra más vasta de la lengua española, fue la presentación de mujeres seguras de sí misma, independientes y audaces, a contrapelo del espíritu de la época que le tocó vivir. De hecho, su primer obra, escrita en 1945, la escribió para demostrar a su hermano de lo que era capaz.
A la luz de sus declaraciones sobre su obra («El amor no era nada para mí cuando escribí mi primera novela. Allí le eché imaginación. Yo no sabía nada de hombres ni de amores. Pero desde aquel día nunca me faltó un sueldo»), quizá debamos empezar a leerla de manera difererente: como una cínica que se burlaba de lo que nunca alcanzó en vida, y comprendamos que bajo la empalagosa cubierta de la novela rosa, se esconde el inasible concepto del amor en pareja, riéndose de nosotros.
Fuente | El País
