La reconciliación en la cama (I)

Muchas parejas, después de una fuerte discusión, suelen meterse en la cama y «solucionar» allí sus problemas, creyendo que esa es la mejor forma de reconciliarse. No está mal, pero corren el riesgo de estar evitando hablar realmente de sus problemas.

Cómo se «amigan» ellos

Salvo raras excepciones, hombres y mujeres tienen una forma muy diferente de enfocar la reconciliación luego de una pelea. Es muy común que sean ellos los que intenten buscar un acercamiento a través del sexo. Y no es raro que después de una discusión, al llegar a la cama y sin mediar palabra intenten arreglar el asunto. Es como si pensaran que, si hacen el amor, todo volverá a su sitio.

Cómo se «amigan» ellas

En la vereda de enfrente, las mujeres sólo encuentran el sexo satisfactorio si existe una buena relación de pareja previa. Ellas prefieren hablar del porqué del conflicto e intentar comprender al otro y ser comprendidas para llegar a un acuerdo a través del diálogo. Por eso cuando los hombres intentan reconciliarse a través del sexo, las mujeres suelen sentirse utilizadas.

Piensan que a su pareja no le importa si hay problemas con tal de obtener placer sexual. Una vez que el conflicto esté resuelto, recién estarán listas para vivir con total plenitud el acto sexual. Esto podría deberse a que algunos hombres tienen dificultad para expresar sus sentimientos.

En cambio, ellas tienen más facilidad para expresar tanto gestual como verbalmente lo que sienten. Pero muchas veces también, las personas recurren a este mecanismo, porque tienen una historia familiar muy particular. Desde chicos están acostumbrados a que después de una pelea inmediatamente vienen los besos, sin mediar palabra y ese mismo mecanismo lo repiten en su vida adulta y con su pareja, creyendo que así el asunto estará resuelto.

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