La pareja que discute al final se separa

discusion-parejaLo confirman los datos: es así de crudo. Aunque los partidarios del «Hablémoslo todo» no estén muy de acuerdo, las discusiones reiteradas, más o menos amistosas, acaban mimando la vida en pareja. Procura huir de lamentaciones, reproches o comentarios insidiosos. Respeta los estados de ánimo de tu compañero. Recuerda que, al principio de la relación, te atrajo su misterio.

Polemizar continuamente lo estropea. A fuerza de analizar, de comparar comportamientos pasados, de juzgar, se acaba con esa fascinación de lo no descubierto del todo. Se pueden cuestionar las opiniones del otro, pero nunca la realidad profunda de su ser, ni encasillable ni evaluable. Si no te conviene, reflexiona sobre ello y decide, pero no juegues al desgaste.

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