La maldición del flirteo: ¿Qué hacer?

Ser deseados, sentir que los demás nos admiran o se interesan por nosotros en un nivel sexual y romántico es muy confortante para nuestro amor propio. Pero estamos dentro de una relación que exige cierto nivel de compromiso, en la que no caben las continuas alabanzas del sexo opuesto hacia nosotros sólo para que podamos sentirnos conformes con nosotros mismos. El flirteo avanza y de pronto vamos sintiendo que perdemos el control. ¿Qué hacer? Aquí te damos algunos consejos:

Define lo que quieres, a solas: Lo sabemos, es el consejo más difícil de todos. Pero tienes que hacer el esfuerzo de aclararte, pues al tener una pareja las decisiones que tomes también afectarán a esa otra persona. ¿Quieres tener una relación monógama, una abierta y libre, o disfrutar de tu soltería? Piénsatelo muy bien.

Discútelo con tu pareja: Si lo que hayas decidido implica una separación, tienes que comunicárselo. Pero si has decidido permanecer en la relación, lo mejor sería que te ahorraras el “hay alguien que me mueve el piso”, porque puede ser una experiencia muy dolorosa para tu pareja, y puede que la relación se fracture tanto que ya nunca vuelva a ser la misma.

Quítale gravedad: Flirtear no es malo, ser deshonesto con uno mismo sí lo es. No es un asunto grave mientras no te lastimes ni a ti ni a los que amas. Déjalo pasar, no te obsesiones con ello, y verás que quizá no era para tanto.

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