Los juguetes o ayudas sexuales, en muchos casos, permiten atraer nuevos vientos a relaciones donde la rutina y el tiempo han desgastado los lazos de comunicación o expresión sexual. Muchas veces, la posibilidad de elegir juguetes eróticos vuelve a unir las parejas, ya que es un acto intrínsecamente íntimo, en el cual el resto de la familia no está involucrada. También es una manera de decirle al otro, por ejemplo, «aún te deseo, quiero estar y disfrutar contigo». Los juguetes traen otras opciones, permiten complementar el goce, y también liberar presiones externas.
Para potenciar una relación sexual se puede utilizar material erótico para estimularse mutuamente: desde videos, fotos, vibradores, dildos y otras ayudas sexuales. La lencería erótica puede ser un buen estimulante al igual que Internet o los libros clásicos sobre erotismo. Al igual que con otros productos, siempre es importante que se visiten lugares reconocidos, locales que privilegien la adecuada presentación de los productos y el cuidado de la salud de sus clientes. Incluso, la consulta al sexólogo si fuera necesario. La visita a un sex shop es también un momento íntimo, en el que es lícito dudar, y al tomar la decisión correspondiente la seguridad debe ser plena.
Otra sugerencia: Masajes corporales sin tocar los genitales. Es una cosa que parece elemental pero, a veces, es lo que permite conocer ciertas zonas erógenas del cuerpo de los varones. acariciarse, sin tocar los genitales. Hay zonas que los varones no tienen exploradas: la zona anal, de nalgas, pezones, detrás de las orejas, manos, pies, la cara interna de los muslos, el cuello. Si hay confianza, las mujeres deberían explorar esas zonas.