Para la doctora Sue Johnson, autora de Abrázame fuerte (Urano), estas son hs tres dinámicas más negativas en una relación de pareja:
«Es culpa tuya». Acusar al otro de ser el culpable de algo persigue la autoprotección cuzodo nos sentimos heridos o vulnerables y creemos haber pereceo el control. Puede ser fruto de la rabia o, a veces, constituir una maniobra preventiva. S esta dinámica se produce de vez en cuando y se suele resolver pidiéndose disculpas mutuas, no hay que preocuparse en exceso. Sin embargo, si la acusación mutua se enraiza en la relación, es necesario cortarla por lo sano. Piensa que, aunque haya un conflicto, no hay necesariamente un culpable, sino que la propia pauta de acusarse es lo que debemos eliminar.
«Lo nuestro no va bien». Consiste en protestar cuando la pareja no responde a nuestros deseos, con el fin de hacerle reaccionar y recuperar la conexión. Sin embargo, a la larga, recriminar su forma de ser o su conducta al otro («Sólo sabes ver la televisión, no hablas conmigo. Esta relación no va bien») hace que el otro reaccione retirándose o bloqueándose («No sé de qué me hablas. Estamos bien, todas las parejas tienen con el tiempo una relación tranquila y cada cual hace sus cosas»). Para evitarlo, no «ataques» sistemáticamente a tu compañero. Es mejor que te separes un poco para que tu pareja sea consciente de que tiene que recuperar el contacto; y, en un ambiente neutro, sin críticas, habléis de vuestras necesidades emocionales.
«Es mejor no hablar». En la relación ya se ha instalado el silencio y la negación por parte de los dos. Quizá uno ha optado por guardar silencio, hasta que, tras creer que ya no existe ningún vínculo emocional, se distancia por completo y, finalmente, se va. El principal problema es la desesperanza y el hecho de que ambos miembros creen que el problema radica en ellos mismos, en sus características innatas.