Centrar tu realización personal en una sola parcela de tu vida (en el trabajo, o en la pareja o en la familia) no es un planteamiento acertado para lograr un estado emocional equilibrado, pues conduce a la insatisfacción y frustración por no cumplir ciertos estereotipos sociales, es decir, a padecer el síndrome de Maripili, así denominado por Carmen García Pibas, autora del libro del mismo nombre: El síndrome de Maripili .
Si quieres evitarlo, toma nota:
• Establece prioridades. Asigna un valor del 1 al 10 a los siguientes aspectos de tu vida: tra¬bajo, pareja, familia, éxito, dinero, cuidado físico, salud, amigos, relaciones sociales y casa. Con ello, verás más claro cuáles debes mejorar.
• Elabora un «plan de viabilidad”. Para ser consciente de los valores que transmites a los demás con tu actitud, plantéate lo siguiente:
- Qué valores quieres proyectar en tu comunicación.
- Enumera tus objetivos personales y profesionales.
- ¿Qué actividad existencial deseas en este momento de tu vida? Se trata de definir tu «misión» (lo que te va a proporcionar serenidad) para adecuar tu comunicación a ella.
- Decide qué actitud es la más adecuada en cada situación para conseguir tus objetivos: serena, agresiva, ingenua…
- Define a qué en torno de personas con unos determinados valores quieres orientar tus mensajes para conseguir un objetivo concreto.
Escribe los pasos concretos que puedes dar para conseguir tus objetivos y ¡actúa!