Varios estudios han demostrado que el buen tiempo influye en el enamoramiento, de ahí que decimos que la primavera es la estación de los enamorados. Con la llegada del calor aumentan los estímulos visuales así como una mayor exposición y sensualidad de los cuerpos al no estar tapados con tanta ropa. En contraposición, el frío y el mal clima provoca una disminución en el terreno de la seducción…acaso no nos sentimos más lindos cuando el día acompaña? Con el calor y la liviandad en la ropa, la predisposición emocional y sensitiva para el amor es mayor.
Un dato que coincide con los estudios de la antropóloga Helen Fisher es que “el amor romántico tiene mucho más de motivación que el amor sexual, es pura emoción.” Incluso las empresas de preservativos esperan con ansias los primeros calores: En primavera y en verano las ventas aumentan un 15% en relación al resto del año.